Publicada el 17-11-2024 | Equipo Webcams de Asturias
Se ha hablado largo y tendido de los efectos potencialmente nocivos que los juegos de azar pueden tener en aquellos que los practican.
Sin embargo, merece la pena detenerse en los aspectos positivos de un juego como el póquer. Este juego de cartas va mucho más allá del puro azar. Tener una estrategia clara y un dominio de la propia mente son las claves para ganar en este popular entretenimiento.
Es más, el póquer tiene muchos beneficios para sus jugadores. En este artículo, nos centraremos en cómo ayuda este juego a entrenar el cerebro.
El póquer: un deporte mental
Aunque todavía no ha sido reconocido como tal de manera oficial, el poker puede ser considerado como un deporte mental. Al igual que ocurre con el ajedrez, que sí es referido como deporte intelectual por el COI, los jugadores de poker se enfrentan en un juego de estrategia en el que se requiere de mucha concentración. Este es un juego competitivo y de mucha intensidad y supone un gran desgaste tanto a nivel físico como mental para sus participantes, pero también por eso atrae cada vez a más jugadores y también hay más operadores especializados única o principalmente en el poker.
Concentración
Como decíamos, las partidas de póquer piden que los jugadores estén muy concentrados en el juego. Los mejores jugadores de póquer también son esos que tienen mayor habilidad para mantener el foco en la partida y evadirse de las posibles distracciones que puedan darse en el alrededor. El póquer requiere que tengas todos los sentidos puestos en la partida. Un pequeño despiste puede hacerte perder.
La práctica habitual del póquer ayuda precisamente a fomentar esa concentración tan necesaria, especialmente durante periodos de tiempo largos. Al fin y al cabo, las partidas de póquer pueden durar mucho y esa atención es necesaria en todo momento. Además, quienes jueguen a él con regularidad notarán que también son capaces de mantener la concentración en una sola cosa cuando estén en otros contextos, ya sea leyendo, estudiando o viendo una película.
Memoria
El póquer es también el entretenimiento ideal para quienes quieran fortalecer su memoria. Para conseguir ser el mejor, el jugador de póquer deberá practicar para poder memorizar estrategias, estadísticas y las cartas que ya han sido descubiertas (y las que deberían seguir ocultas) en todo momento. De nuevo, esa habilidad te la puede dar la propia experiencia a medida que vayas jugando a póquer.
Como decíamos antes, las partidas de póquer pueden ser muy largas. De hecho, cada ronda puede durar incluso más de 20 minutos. Con el tiempo, conseguirás aprovechar esos minutos al máximo, reteniendo todo tipo de información que te pueda ser útil para ganar.
Decisiones estratégicas
Para ganar una partida de póquer, no hace falta espiar a los contrincantes. Basta con tener una estrategia ganadora. La práctica regular de este juego hará que encuentras esa fórmula para vencer a los otros jugadores sin hacer trampas y sin tener que esperar un golpe de suerte. Las estrategias también se pueden estudiar, pero el póquer te permite aprender a reaccionar a tiempo y bajo presión.
Aunque las partidas de póquer pueden alargarse mucho, lo cierto es que querrás poder tomar decisiones de forma rápida. Nuevamente, los mejores jugadores adquieren esa habilidad con la práctica. Lo mejor es que ese pensamiento estratégico y esa toma de decisiones que se consiguen con el póquer pueden aplicarse en otros ámbitos, ya sea en el trabajo o incluso en relaciones personales.
Control de las emociones
Uno de los grandes fallos de los jugadores de póquer noveles es la impaciencia. Otro es que se dejan guiar por la emoción del momento, para bien o para mal. Eso puede tener una fatal consecuencia tanto para el desarrollo de la partida en sí como para su propio bolsillo. A medida que cojan experiencia, el póquer les ayudará a controlar esas emociones y canalizarlas para no darle ventaja a sus oponentes.
Existen muchas técnicas de control emocional, como las técnicas de respiración, las visualizaciones positivas o el manejo de la ira y la frustración. Todas ellas pueden aplicarse tanto durante como antes y después de las partidas. El póquer te ayudará a tener una mayor resiliencia ante situaciones adversas y a controlar el estrés, por lo que poco a poco deberías necesitar echar mano de esas técnicas cada vez menos.
Lectura del lenguaje corporal
Por último, el poker es también un juego psicológico en lo que se refiere al lenguaje corporal. En el apartado anterior, mencionábamos que no controlar las emociones podía pasarle factura al jugador de póquer. Eso es especialmente relevante cuando esos sentimientos se exteriorizan con expresiones faciales y movimientos del cuerpo que pueden revelar incluso si tenemos una buena mano o no.
Con el tiempo, jugar a póquer puede ayudarte no solo a no mostrar ningún tipo de emoción, sino también a analizar el lenguaje corporal de tus contrincantes. Lejos del tapete verde, el conocimiento de los gestos y las posturas del cuerpo pueden ayudarte a relacionarte con otras personas. Así, el póquer puede ser clave en tus relaciones, tanto para anticiparte a las intenciones de alguien a quien conoces por primera vez como a la hora de identificar cuándo un ser querido necesita ayuda.
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Perdón por la falta de ortografia. ...[+]
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